Cómo funciona nuestra mente y perspectivas que pueden ayudar la convivencia con ella.
¡Bienvenida de nuevo!
Aquí vengo con la segunda parte del artículo sobre el funcionamiento de la mente y los pensamientos intrusivos. Seguramente, si vuelves a estar aquí es porque el artículo anterior te resultó útil (¡ojalá!), y si estas aquí por casualidad te invito a ir primero al anterior artículo.
En este segundo artículo intentaré profundizar más en el funcionamiento de tu mente porque, te adelanto, funciona de la misma manera que la mía aunque luego se expresen de forma distinta. Además, te contaré algunas perspectivas de la psicología que te pueden ayudar a adentrarte en el autoconocimiento y manejo de pensamientos.
Continuamos…
¿Mi mente me controla?
Tu mente tiene muy poca capacidad de controlarte, pero si te asustas mucho y estás muy fusionada con ella, es normal que te dé la sensación de que te controla completamente.
Algunas propiedades de la mente:
Es una máquina capaz de planificar, ser creativa, comparar, recordarte asuntos…
Trae recuerdos antiguos y te prepara por si se vuelve a repetir, ayudándote a sobrevivir (física y/o emocionalmente)
Se activa ante momentos que puedan ser peligrosos para la integridad psicoemocional y/o física trayendo pensamientos de posibles catástrofes.
Te ayuda a saber los estados psicoemocionales de otras personas, también sus posibles intenciones, detección de actitudes y necesidades.
Solo he nombrado algunas cualidades de la mente que, como puedes observar, en su mayoría son protectoras y tienen como objetivo mantener nuestra integridad a salvo.
Los pensamientos dependen de las creencias que tengas en torno a ellos, por eso, saber su funcionamiento real y su función es muy útil para poder verlos tal y como son: sucesos mentales que, si los dejamos en paz, se marchan, si les damos bombo, se quedan. Con la particularidad de que, cuanto más les des importancia, más se repetirán esos mismos en el futuro.
Antes de darte algunas pistas necesito remarcar que todo lo que he escrito es una guía, que el mejor camino para poder tener una relación más “amigable” con nuestra mente es hacerlo acompañada, en un proceso de terapia; así que tenlo en cuenta si sientes que con las recomendaciones sigues sintiendo mucho malestar. Te dejo enlace a un par de artículos
que escribimos en el equipo que puede orientarte un poco para saber si estás en el punto para iniciar un proceso y otro sobre los principales frenos que encontramos antes de ir a terapia.
Ahora si...
Algunas perspectivas muy útiles para el manejo de pensamientos
En psicología existen muchas perspectivas que pueden sernos de utilidad en el manejo de pensamientos pero en este artículo revisaremos la perspectiva atención plena, compasión y aceptación (y sí, sé de primera mano lo difícil que es siquiera plantearse verlos con esta perspectiva).
La atención plena, también conocida como mindfulness, nos ha enseñado mucho en estos últimos años, a cómo manejar pensamientos pero también nos ha dado mucha información sobre el propio funcionamiento de la mente.
Esta perspectiva trata de comprender y entender que nuestra mente va surcando distintos tipos de pensamiento que pueden distraernos más o menos de la actividad de observar una única cosa que esté ocurriendo aquí y ahora. Normalmente, se inicia con la observación de la respiración, es bastante asequible para empezar, sin embargo, no deja de tener complicación ya que, posiblemente, cuando comiences a realizar la práctica, tu mente diga ¡AHORA! Soltando todo tipo de quejas, juicios, recordatorios y hasta lo que se me olvidó hacer antes de ayer. De esto se trata, nada más iniciar la práctica encontrarás muchos pensamientos que ir dejando pasar para luego soltarlos, no quedarte enganchada a cada uno de ellos en forma de rumia o preocupación.
Otra perspectiva con la que contamos es la compasión, comprenderse y tratar a la mente de forma amable y bondadosa, pudiendo observar con cierta distancia lo que ocurre dentro de una, es una forma muy útil de mantener una buena relación con la mente sin que tengamos que estar constantemente en guerra con ella. Sin embargo, considero que más que un resultado, es un camino, estar en armonía con la mente no debería ser el resultado que buscamos porque, como en cualquier relación humana, se pasa por altibajos, desencuentros, problemas, por ello la autocompasión puede ser una herramienta de importancia para poder llegar a acuerdos, límites, normas con la mente pero, también para llegar a entender lo que ocurre y podernos dar lo que necesitamos en cada momento.
Aceptación, me gusta aplicarla incluso cuando no podemos aceptar aún, es normal, no podemos llegar de una relación terrible con la mente y de pronto aceptar todo. Sin embargo, debemos tener claro qué es aceptar, ya que muchas veces creemos que aceptar es ausencia de límites.
Cuando hablo de aceptación me refiero a dejar de luchar contra el funcionamiento natural de algo, cuando no está en nuestra mano cambiarlo. Mi mente, por ejemplo, es muy parlanchina, habla y habla sin parar muchísimas veces, incluso tiene monólogos interesantísimos, pero me roban mucha energía si estoy continuamente atendiéndolos. Yo no quiero ni puedo luchar contra eso, es más, eso lo hice muchísimo tiempo, ahora, me parece más útil darme cuenta de que mi mente funciona de esa manera y aplico lo que veo necesario en cada momento, comprendiendo qué cosas suelen inquietarla más, qué la tranquiliza…pero sin perder de vista que, su naturaleza es esa, no podemos pedirle a un pez que camine, tampoco a la mente que sea silenciosa.
Creo que con todo esto que te explico, tienes suficiente para comenzar a relacionarte con la mente de otra forma. Recuerda que no es un resultado, es un camino, habrá momentos más agradables, más en sintonía, en los que tu mente y tú iréis de la mano, y otros momentos en los que no sepas ya que hacer con ella, que te frustres y que te quedes fusionada con lo que trae. Ya estás en el camino de convivir con ella y convivir no es un mundo ideal, ya lo sabemos, pero podemos garantizarnos mayor bienestar que estando siempre en lucha.
Espero que te sirva. Con cariño siempre,
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